El regalo
por carlos mallsteen · Publicada · Actualizado
El regalo
Quise sorprenderlo en su cumpleaños y urdí un plan con mi vecina, pero las circunstancias hicieron que finalmente, los sorprendidos fuéramos los dos…
22
Capítulo

Cristóbal estaría de cumpleaños en una semana, su laptop estaba ya vieja y decidí comprarle una nueva, la idea era traspasar toda su información y así ahorrarle ese trabajo. Recordé que nuestra vecina trabajaba en esas cosas, en las cuales yo me declaro una inútil, entonces urdí un plan. Cristóbal salía cada fin de semana a sus encuentros de rugby, lo hacía temprano los sábados y no llegaba hasta ya casi entrada la noche, era momento de chicos solía decir, entonces tendría el tiempo necesario. Hablé con Iris mi vecina y cómplice y quedamos que apenas Cris saliera le avisaría y vendría a nuestro departamento para llevar a cabo nuestro plan. Me emocionaba tanto imaginar la cara de sorpresa que tendría cuando recibiera su regalo, sin embargo, las circunstancias no salieron como esperaba y la sorprendida terminé siendo yo.
Estoy listo amor ya me voy…ok que te vaya bien, nos vemos en la noche, nos besamos cariñosamente y apenas cerró la puerta yo avisé a Iris que ya podía venir, vivía en el departamento contiguo al nuestro, le dije que viniera a desayunar, fantástico me dijo me doy una ducha y voy, nooo le dije, ven así en pijama yo estoy igual tenemos tiempo, más tarde vas y te cambias, jajajaja sí me parece será casi una pijamada de chicas que ya no lo son tanto.
No pasaron muchos minutos cuando apareció, Iris usaba un camisón corto en un tono verde musgo y de satín, la verdad y pesé a ser muy temprano se veía muy bella, wooow exclamé si así duermes no quiero pensar cuando te vistes para salir, ella rio se sentó en nuestra sala y comenzó a trabajar mientras yo preparaba algo en la cocina; estaba haciendo un jugo de naranja cuando escuché a Iris llamarme con una voz algo extraña, ya voy le dije termino esto y estoy contigo, Sofía creo que es mejor que dejes eso y vengas ahora dijo con un tono de voz que en verdad me preocupó, qué pasa dije mientras me acercaba con la jarra de jugo en mis manos, ella volteó el equipo y la jarra cayó de mis manos derramándose por el piso, en la pantalla se veía una imagen de Cristóbal con una mujer, ambos desnudos en nuestra cama…sentí que el mundo se me venía encima, quería llorar, gritar, preguntarle por qué, matarlo en fin tantas sensaciones me invadían y de todas la única que saqué fue el llanto, corrí al balcón me senté en el sillón y lloré, lloré a gritos, con dolor, con rabia con furia, por qué repetía por qué, mientras Iris trataba de calmarme sin resultado, lloré y lloré por un par de horas y de tanto llorar y no se cómo, me dormí en el regazo de Iris. Desperté a media mañana los ojos me dolían de tantas lágrimas derramadas, miré hacia arriba y vi la cara de Iris ella acariciaba mi cabello y me dijo con voz dulce hola, ¿cómo estás? hice un gesto de volver a llorar y ella me dijo, noo basta, ya no más, ¿crees realmente que vale tu llanto?, no lo se dije pero lo amo, Sofi cálmate, debes estar digna y preparada para enfrentarlo cuando llegué a casa, vamos vete a la ducha y cámbiate luego lo haré yo, no lo dije no quiero que te vayas, quédate puedes usar algo de mi ropa, te duchas aquí por favor no me dejes sola, muy bien tranquila no me iré, nos colocamos de pie y fuimos a la habitación, antes de entrar a la ducha nos sentamos en la cama y comenzamos hablar, en verdad era yo la que hablaba, Iris no entiendo por qué, qué fue lo que hice o lo que no hice, ¿por qué Cristóbal me hace esto?, entonces ella contestó no te culpes Sofi no eres tú, esto es algo propio de los hombres, cómo lo sabes a ti también te engañó un novio, ella río y dijo no afortunadamente eso Sofi es imposible, por qué pregunté, bueno porque hace mucho que yo entendí que los hombres no son lo mío, que quieres decir, eso que no tengo relación amorosa alguna con hombres…esta confesión de mi vecina quizás en otro momento me hubiese sorprendido ya que imaginaba siendo tan sexy debía tener muchos hombres tras de sí, pero dada la situación que yo vivía, no fue algo en lo que me quedará pensando. Voy a ducharme le dije me levanté y entré al cuarto de baño, abrí la llave y no encendí el calefactor, quería sentir el agua fría para poder despejarme, cerré los ojos y dejé que cayera sobre mí, así mis lagrimas se confundirían y las dejaría ir.
Cuando sentí la mano de Iris en mi cara no abrí los ojos, ella tomó la esponja de baño y comenzó a pasarla con el gel de ducha por mi cuerpo muy suavemente, enjabonaba mis hombros, mi espalda, mis pechos, sentía que era casi un masaje el que me daba se sentía bien; levantó mi pelo y la pasó por mi nuca y cuello yo aún con los ojos cerrados dejaba que me tocara, el agua fría tenía mis pezones muy erectos y duros y por ende los de iris estaban igual, así lo comprobé cuando se acercó a mí y nuestros pechos se rozaron haciendo eléctrico contacto nuestros pezones, ese golpe de energía se fue directo a mi sexo y no sé muy bien por qué, pero sentí que una energía se apoderaba de mi con ese contacto, Iris recorría mi cuerpo con sus manos y suave y sutilmente fue frotando su pelvis contra la mía, era delicada y sin embargo cada toque lo sentía con mucha pasión, me acercó contra la pared y comenzó a besarme, lo hizo por toda mi cara, hasta llegar a mi boca la que recorrió completa dando suaves toques y pequeños tirones a mis labios, hasta que sentí el deseo de abrirla y recibir su lengua dentro de mí, enjugamos nuestras bocas y nos besamos, con timidez al principio y luego colocando en esos besos todo nuestro sentir, tome su cara y la besé, la besé ardorosamente y sabía lo que sentía y lo que le estaba haciendo sentir. Salimos de la ducha sin dejar de besarnos en la boca, el cuerpo, nuestras manos, ella me tumbó en la cama y húmedas como estábamos seguimos tocándonos y dándonos placer, sentí un fuerte deseo y me puse sobre ella, besé sus pechos y saboree sus pezones que parecían fresas frescas, me inundo un placer increíble y seguí recorriéndola con mi boca, dibujé con mi lengua una línea imaginaria que bajaba de sus tetas a su pelvis, marcaba el camino, ese sendero desconocido que descubriría por primera vez; ella retozaba en la cama y daba pequeños quejidos mientras en su cara se reflejaba claramente el placer, con mi mano jugué afuera de su vagina, la froté imaginando que era la mía, lo hice pensando en cómo me gusta que me lo hagan a mí, mi mano se escurría en su sexo que se desbordaba en néctares y líquidos desde su interior, comencé a besar su entrepierna, la recorrí completa, besé sus muslos, sus piernas y sus pies y volví a mi línea, a esa con la que marqué mi camino, la miré a los ojos ella movió su cabeza como diciendo SI y me zambullí dentro de su vulva, la lamí y la saboree groseramente pero cuidando de permitirle a ella sentir el mayor placer, besaba sus paredes, su clítoris, lo sacudía con mi lengua y podía sentir que el mío se inflamaba, era una conexión entre mi sexo y el de Iris, todo lo que yo le hacía lo sentía también en mí. Inexperta como era no sabía como más complacerla, entonces Iris me dijo, ven…me recosté a su lado ella se puso ahora sobre mí, tocó mi vagina que ya estaba preparada para ser penetrada, pero esta vez no sería penetración lo que me haría disfrutar, con suavidad entrecruzo sus piernas con las mías y nuestras vaginas quedaron pegadas la una a la otra, comenzó a moverse lentamente primero, sentí el roce su cuerpo en mí y eso me envolvía, sentía como si hubiese tomado una droga o algo así que hacia que mis sensaciones se exacerbaran y mi sensibilidad sexual fuera extrema, entendí entonces cómo sería y seguí sus movimientos en la dirección contraria, así provocaba la fricción y el roce que nos hacia gemir, los movimientos se comenzaron a hacer más desenfrenados, no sabía como acabarme sin una penetración pero Iris decía sigue Sofia no te detengas, sigue frotándote contra mí.
La escuchaba gemir y yo también lo hacía, ¿así? le preguntaba, sí así contestaba, te gusta…siiii le decía me encanta, nos seguimos entregando roces y claramente masturbando la una a la otra, sus quejidos fueron aumentando y eso me encendía más. Dejé de pensar, dejé de mirar cerré los ojos y me froté contra ella con frenesí mientras gemía y me quejaba buscando acabarme ya. Entrelazamos nuestras manos y sólo escuchaba a Iris que decía sigue, sigue así …y lo hice seguí y seguí y seguí y llegó el momento exacto en que sentí que mi cuerpo explotaría, por que el orgasmo, el clímax me recorrió de punta apunta y con un grito de placer supremo me corrí…sentí el quejido de placer de iris y quedamos exhaustas y sencillamente plenas, inundadas de placer y sensaciones que no sé cómo definir.
A las 8 de la noche llegó Cristóbal, le entregué su regalo, no dije palabra alguna de lo que descubrí, el quedó muy sorprendido me dio las gracias, lo miré recordé mi día con Iris y sólo respondí, de nada amor, gracias a ti