El reloj de arena
por carlos mallsteen · Publicada · Actualizado
El reloj de arena
El verano y sus noches me encienden, me hacen recordar esos momentos inolvidables de entrega lujuria y pasión, acompañame a vivir y revivir cada segundo en llamas.
28
Capítulo

Ya es diciembre, se acerca el verano y me encanta. El Sol me hace renacer, me enciende, me vitaliza, mis hormonas se activan y el deseo me domina. Las noches cálidas propician mi desnudez al dormir, me siento ardiente y sexualmente sensible y deseosa. Los roces de las sábanas en mi cuerpo tensan mis pezones, tanto que hasta duelen, mi pelo suelto se pega a mi espalda producto del sudor y la delgada cortina del ventanal abierto, se mueve tímidamente con la mezquina brisa con aroma a mar que la noche me regala. Los pensamientos vuelan en esta alocada cabeza mía, recorro esos recuerdos de placer de furtivos encuentros en mi cama
Miro al costado y veo mi espejo, leal y mudo testigo de cada uno de ellos; cómplice resguarda los secretos de mi alcoba. Algunas manos dejadas como huellas y los vestigios de labial cuando mi boca beso su luna por las violentas embestidas recibidas. Repaso momentos, cuerpos sin caras y caras sin nombres, caricias que me recorrieron de manos fuertes y otras temblorosas; el aroma del sexo invade el espacio y la imagen clara llega a mí. Lo veo entrando en mi cuarto, focalizado en una sola idea, en busca de sólo un objetivo tomarme y poseerme, complacerse y deleitarse, apoderarse de mi voluntad y finalmente vaciarse dentro de mí. Serán minutos de éxtasis, gotas de sudor de su frente caerán sobre mí, igual que los granos en el viejo reloj de arena. Enfrentaremos nuestros cuerpos sentados en la cama cara a cara. Penetrada ya y sintiendo su verga hundiéndose, clavándome me aferraré con mis brazos a su espalda mientras sumerge su cara entre mis tetas habido de ganas por mamarlas por sentirlas, morderlas, chuparlas…brincaré de arriba abajo, encajándome y montándome para llegar a sentir lo más profundo que pueda. Miraremos nuestro reflejo en el espejo y cuando yo rehúya jalará de mi pelo para voltear mi cara y hacer que mire, que vea para calentarme más. Comenzará la cabalgata, la carrera siniestra y desenfrenada por conseguir el placer, para eyectar el disparo violento de su chorro de semen, con el que me rellena y marca y me hace saber su potestad. Frotaremos nuestros sexos, enfrentados su pene y mi vulva, poderosos contendores en batalla, los espasmos nos recorrerán, pero aún falta, aún no es suficiente…me dará la vuelta y mis manos se pegarán al espejo, mi cuerpo se reflejará completo mientras entra por mi culo, veo el reflejo de mi cara con el gesto del dolor, de ese dolor extraño, intenso y placentero, apretaré mis nalgas que cederán a sus palmadas dilatando la entrada y mi piel enrojecida será otra marca más, como si no le bastara poseerme, como si suficiente no fuera tenerme. Como cada vez cuando percibe que estoy por venirme, sacará su falo y me pondrá de frente, clavará sus ojos en los míos, diciendo con ellos, sin necesidad de palabras, que es el momento, bajaré con hipnótico movimiento para encontrar su pene, su palo de fuego que se perderá en mi boca; lo miro y venero su perfecta armonía, su estructura robusta y precisa que deslizo por mis labios para sentir su sabor, mi lengua lo besa y mi sexo lo ensalza pues es objeto de mi absoluta adoración. Macizo trozo de carne causante de mis placeres, de mis deseos más morbosos; y entre espasmos y jadeos, entre gritos y gemidos buscaré tragarme su falo, pero no lo permitirá, dominará mis deseos jugando con mis ganas, azotará su pene en mi cara y me hará desearlo, obligándome a ir en su busca abriendo mi boca, a seguirlo y necesitar atraparlo. Su cara reflejará la satisfacción del amo que juega con las ganas de su esclava y sólo cuando el lo decida dejará que tomé mi premio y engulliré su pene, succionando para chupar sus jugos, hambrienta y sedienta beberé su néctar, la mágica agua que emana de su ser y correrá por mi boca inundando mi garganta, quemará en su camino cada trozo de mi carne, porque su marca no sólo está en mi piel, me transita completa en lo más profundo, porque una mordida se cura y un moretón desaparece, pero lo que se graba a fuego va más allá de la piel…