Un extraño
por carlos mallsteen · Publicada · Actualizado
UN EXTRAÑO
La vida post cuarentena, una mujer y sus amigas salen a divertirse al bar que siempre frecuentaron, de pronto un hombre cruza miradas con ella y todo se revoluciona.. La historia y fantasía de mi vida, puede pasarte a ti también…
Encenderá tu piel y tus rincones más sensibles…
01
Capítulo

Escucha el relato aquí👇.
Un extraño
Es el primer fin de semana después de la cuarentena, más de cuatro meses encerrados sin poder salir, ansiosas con mis amigas nos juntamos en el bar de siempre, todas llegamos luciendo lo más bellas que podíamos, pedimos la primera ronda… lo de siempre, pero el primero siempre suave, entre risas, gritos, bebiendo y fumando, nos empezamos a contar los chismes y las historias guardadas durante tanto tiempo de encierro, mientras fumaba al mirar hacia mi lado derecho… lo veo, un hombre joven, interesante, de rasgos duros, moreno y de mirada penetrante, me incomodé un poco al mirarlo, no entendí muy bien por qué, así es que volví mi mirada rápidamente al grupo, sin embargo durante el tiempo que estuvimos no pude evitar volver a mirar una y otra vez y encontrarme con su mirada también frente a la mía, el coqueteo se fue haciendo más intenso, era evidente, mis amigas comenzaron a darse cuenta y entre chistes, risas y miradas cómplices, ellas me incitaban a que hiciera un contacto más directo, no soy tímida pero tampoco de tan tomar la iniciativa.
En un minuto me levanté al baño, entré pero cuando salgo al abrir la puerta me lo encuentro frente a mí, me miró, sonrió y me dio un leve empujón hacia adentro, entró al baño y cerró la puerta, los tragos en mi cabeza quizás me alentaron rápidamente a mirarlo y reír, me agarró del cuello y me dio un beso, un tremendo beso, lamió mi cara, mordió mis labios, jugó con su lengua dentro de mi boca, me tomó de la cintura y me acercó fuertemente a él, inevitable fue sentir su miembro erecto, mientras tanto mi vulva palpitaba y mi corazón se agitaba, no paraba de besarme y de recorrerme con su mano, levantó mi perna y la puso sobre el inodoro, con su mano empezó a recorrer mi pierna completa hasta rápidamente llegar a mi pelvis y frotarla muy suavemente primero delicadamente diría yo, pero en pocos segundos con una frenesí increíble, mi ropa interior se humedeció completamente, el líquido corrió entre mis piernas, metió su mano entre mi ropa interior y comenzó a jugar con mi clítoris, yo sentía que estallaba, estaba completamente excitada y con ganas…con ganas de follar…me giró, me puso contra la pared y abriendo aún más mis piernas me penetró con su verga erecta, dura y firme una y otra vez, una y otra vez mientras yo jadeaba y sudaba como una loca, como una bestia, me dejé poseer y tomar con desenfreno, en ningún minuto intenté zafarme, lo disfruté de una manera brutal y de pronto sentí como entre mis piernas corría todo ese néctar que el depositó en mí. Al acabar limpió su miembro, subió su cierre y salió del baño, yo cerré la puerta y me senté aún sin saber que había pasado, lavé mis manos, limpié mis piernas, arreglé un poco mi pelo y el sudor que aún corría por mi cara, me dirigí hacia donde mis amigas y me senté a la mesa, desde ese minuto no paramos de mirarnos. De pronto él se paró y se marchó, sentí ganas de salir tras de él, pero obviamente no lo hice, cuando volvía a casa mientras conducía, pensaba en ese extraño que había conocido en el bar, no sé su nombre ni quién sería, pero sí sé que fue el que me quitó las ganas que tenía de follar, después de más de 4 meses de encierro