Violación
por carlos mallsteen · Publicada · Actualizado
Violación
Cumplir la fantasía de mi pareja fue el primer paso en un camino sin retorno. Esa noche marcó mi vida y nunca nada fue igual. Si fue mejor o no, eso lo decides tu… un encuentro lujuriante donde los deseos más oscuros dieron paso a la perversión
30
Capítulo

Intro: Había consentido en experimentar en el sexo más duro, pero mi novio tuvo una idea que no sólo acabo con nuestra relación, sino también con mi forma de vivir el sexo.
Llevábamos 2 años, cuando Marco me propuso experimentar otras formas de sexo. Ambos no teníamos tabúes ni complicaciones al momento de intimar, pero la propuesta de Marco era, sin dudas, algo que no imaginé pudiera ocurrir; el fantaseaba con la imagen de verme penetrada por otro hombre, pero no solo eso, su fantasía consistía en que fuera sin consentimiento, es decir una violación.
Reconozco que no pocas veces yo también fantaseaba con esto, cómo sería que te tomarán sin tu desearlo. Cavilaba la propuesta y no lograba encontrar más beneficio, que satisfacer la morbosa fantasía de Marco y sintiéndome o creyendo estar enamorada, accedí. Marco me dijo que para que todo fuera más real, yo no debería saber ni cuándo, ni dónde y menos quién sería el protagonista de esto, acepté porque pensé “ya se le pasará y quedará todo en nada.”
El 19 de julio cumplíamos 2 años juntos, Marco me dijo que esa noche me tendría una sorpresa y que no saldríamos a festejar fuera, lo haríamos en casa, el llegaría un poco más tarde del trabajo y me pidió que no hiciera nada especial, que lo esperara como cualquier día y que sería el quien me sorprendería.
Cerca de las 10 de la noche y después de preparar la cena de manera habitual, me metí bajo la regadera, el calor en España en julio es brutal. A pesar de lo que Marco había dicho de no preparar nada especial, coloqué unas velas en la mesa y serví dos copas de vino para esperarlo, hecho eso fui a la alcoba para vestirme y esperar su llegada, me tendí en la cama para descansar un rato. La ventana de la habitación estaba abierta y una brisa tibia me llevó, sin quererlo, a caer en un relajante estado, hasta quedarme dormida. Sentí las manos de mi novio recorrer mi cuerpo, yo acostada boca abajo y sin abrir los ojos me dejaba dibujar por sus dedos, corría por mi espalda, por mis piernas y podía sentir el sutil cosquilleo de mi vulva cuando su mano hurgaba en mi entrepierna y rozaba el apretado espacio que llevaba a mi vagina. Disfrutaba sus caricias y musitaba leves quejidos de placer al sentir como me recorría. De pronto tomó mis brazos y junto mis muñecas, las ató con fuerza y me sorprendió que esta vez fuera un poco más enérgico que lo habitual. Esperaba como siempre que me volteara y me diera sexo oral, que chupara mi vagina deleitándose con su sabor y con la desesperación reflejada en mi rostro al sentir sus chupadas y la inflamación de mi clítoris sin poder resistirme, pero esa noche no lo hizo. El ató mis muñecas y colocó una venda en mis ojos, woow exclamé está sí que es sorpresa, ¿haremos algo diferente amor?, no contestó y apretó fuerte el nudo de la venda que tapaba mis ojos, vamos dije dime que loca idea tienes para hoy. Sólo escuchaba la respiración ansiosa que provenía de él, su aliento olía a alcohol y lo sabía, pues me tomó con fuerza y me dejó de rodillas sobre la cama, tomó mi cara con brusquedad inhabitual, la levantó y sin más metió su verga en mi boca. Al momento de tragarla sentí que me traspasaría completa, la metió con fuerza algo desmedida y yo atada y vendada no tenía forma de decirle que me estaba lastimando. Comencé a recibir sus cogidas en mi boca, cada una más potente, sentía el palpito de su pene que percibía erecto en su mayor magnitud, tenso, duro como una roca…nunca lo sentí así y creí que por no poder verlo la sensación se exacerbaba. Me entregué al juego y utilicé mi lengua, mis labios y mi boca entera para darle el mayor placer, sacaba su pene y golpeaba mi cara a ratos. Me fui compenetrando en esta mecánica sexual, asumí mi rol de dominada o más bien de violentada, decidí disfrutar junto a él su macabra fantasía. Buscaba su pene con lujuriante ansiedad cada vez que lo sacaba para golpear mi cara, abría mi boca lo más grande que podía, tratando de atraparlo para seguir engulléndolo. El no paraba de apretar mis tetas y me tumbó en la cama, caí con una pierna doblada y dolía. Marco dije, déjame enderezar me duele, su respuesta fue tomar mis piernas y abrirlas hasta casi sentir que las despegaba de mi cuerpo, se colocó con su falo pegado a mi vagina, lo sentí caliente y suave, mojado y lubricado por mis babas y di un gemido de dolor cuando lo metió tan profundo, como lo hizo en mi boca. Sentí que su pene se internaba desde mi vagina hasta más allá de mi útero, casi atravesándome de lado a lado, fue entonces que grité ¡DEJAME, ME HACES DAÑO! y por el contrario de detenerse comenzó a penetrarme fuerte, muy fuerte, más que con fuerza con rabia, con ira, ese no era Marco, no era mi novio. Qué te pasa dije, por qué haces esto, el no respondía, me tomó otra vez y me dio la vuelta, monto mi cuerpo y jaló mi pelo, me cogió como si fuera una bestia, una cosa, un algo que sólo estaba para su placer. Sentía que con cada estocada me partiría, le pedía a gritos que parara y muy íntimamente me sentía extasiada ante tamaña brutalidad. No era yo a la que se cogía, era cualquier cosa menos yo, su perra, su puta, su hembra, a la que tomaba y cogía sin importar si lo deseaba o no…y eso, todo eso me encendía, me calentaba y me hizo gritar desde mi interior ROMPEME CABRON, hazme mierda si quieres, pero no saques tu puto pene. Mis gritos fueron su alimento y siguió y siguió, metiéndolo más fuerte, más rápido, más profundo, podía sentir que ya se venía, que ya explotaría y me llenaría de su salobre leche, yo estaba también a punto de estallar y balbuceaba ardiente de deseo… ¡quítale la venda! gritó una voz que pude reconocer, que se la quites te digo, la venda cayó de mis ojos y vi a Marco, mi novio parado frente a la cama, corriéndose una paja de aquellas, mientras observaba furibundo el espectáculo que, quien fuera que me culeaba y yo, estábamos dando.
Ya lo sabes le dijo, sólo yo la voy a rellenar y se acercó a mi culo, quitó de un empujón al hombre que hasta ese momento me penetraba, metió su polla en mi espacio y comenzó a moverse rápido, desenfrenado, sus pupilas dilatadas evidenciaban el placer extremo que sentía, yo recibía cada cogida sin poder oponerme, sin poder liberarme y la verdad sea dicha, no quería detenerlo, el estallido de Marco, el chorro de su semen inundó mi interior, mientras sentí caer en mi espalda el quemante semen del otro hombre, que presa de su calentura no pudo evitar correrse. Ambos se vaciaron en mí, ambos me tomaron, pero sólo Marco habló, fueron las ultimas 3 palabras que escuche de su boca…FELIZ ANIVERSARIO AMOR.